El viaje oficial de los Reyes de España a China culminó con una jornada centrada en la proyección internacional del país, combinando diplomacia, cultura y apoyo al sector empresarial. Don Felipe y Doña Letizia cerraron su estancia en el gigante asiático reforzando la imagen de España como socio estratégico, defensor del diálogo multilateral y promotor de los valores democráticos en un contexto global cada vez más interconectado.
La agenda de la última jornada se dividió entre dos escenarios representativos de las prioridades españolas en China: el fortalecimiento de los lazos económicos y la expansión del idioma español como vehículo de cooperación cultural. Mientras el Rey visitó una de las principales fábricas de componentes automotrices del país, la Reina acudió a una prestigiosa universidad especializada en estudios extranjeros, donde tuvo lugar un emotivo encuentro con estudiantes chinos de lengua española.
Un llamado a la colaboración sin sacrificar los principios democráticos
Durante un evento llevado a cabo en el hotel Regent, Don Felipe se dirigió a un grupo de ciudadanos españoles que residen en China, una comunidad que excede las 5,000 personas. En su discurso, el rey enfatizó que el vínculo entre ambas naciones se basa en una comunicación productiva, pero al mismo tiempo resaltó la relevancia de preservar los fundamentos que caracterizan la esencia democrática de España. “Continuaremos protegiendo nuestros principios: la democracia, el derecho internacional, los derechos humanos y la colaboración multilateral”, declaró.
Estas palabras marcaron la primera vez en este viaje que el Rey abordó de manera explícita la cuestión de los derechos humanos, un tema históricamente sensible en la relación entre Europa y Pekín. El mensaje fue recibido con atención por los asistentes, en un contexto donde la cooperación económica y el respeto a las libertades fundamentales siguen siendo asuntos delicados.
Mientras tanto, la comunidad global sigue monitoreando con atención la situación de los derechos fundamentales en China, donde el dominio gubernamental sobre los medios de comunicación, la libertad de expresión y la oposición política permanece estricto. Varias entidades internacionales han reportado limitaciones a la labor de reporteros, defensores de derechos y grupos étnicos minoritarios, además de la opacidad en el sistema legal. Ante este panorama, la búsqueda de un balance entre la estabilidad nacional y la apertura democrática continúa siendo un reto para la nación asiática.
Impulso económico y cooperación industrial
En el plano financiero, la expedición se centró notablemente en aspectos comerciales. En las proximidades de Pekín, el Monarca recorrió las instalaciones de Gestamp, una empresa europea puntera en la producción de piezas metálicas para la industria automotriz y una de las corporaciones españolas con mayor implantación en el mercado chino. Esta compañía, que opera con trece factorías y dos centros de investigación, da empleo a más de 5,000 personas en la nación asiática y ha dirigido una porción de su manufactura hacia el sector de los vehículos eléctricos, una industria en plena expansión.
Acompañado por el titular de Economía, Carlos Cuerpo, y los ejecutivos de la compañía, Felipe VI visitó las instalaciones y presenció el proceso de elaboración de componentes estructurales y carcasas protectoras para baterías de vehículos eléctricos. Gestamp fabrica anualmente cerca de un millón de estas unidades, las cuales son distribuidas a diversos fabricantes, incluyendo al coloso chino BYD, una de las empresas punteras a nivel global en el ámbito de la movilidad eléctrica.
El presidente de la compañía, Francisco J. Riberas, explicó al monarca que “China se ha convertido en el epicentro global de la industria automotriz”. Este tipo de colaboraciones industriales refuerzan la posición de España como puente de innovación entre Europa y Asia. De hecho, la relación entre Gestamp y los fabricantes chinos podría influir en futuras decisiones estratégicas, como la instalación de nuevas plantas de producción en territorio español, similar al proyecto de la firma Chery en Barcelona.
En su alocución durante un encuentro de negocios auspiciado por la CEOE y el Ministerio de Comercio de China, el Monarca enfatizó la relevancia de la reciprocidad en el ámbito comercial para asegurar una competencia equitativa. «La paridad de oportunidades en el acceso a los mercados resulta fundamental para propiciar el progreso compartido», afirmó, destacando los obstáculos que numerosas empresas españolas encuentran debido a las regulaciones restrictivas del mercado chino. Sus declaraciones fueron percibidas como un apoyo oficial a las firmas españolas que aspiran a crecer en el continente asiático, particularmente en segmentos de elevado valor agregado.
La visita a la planta concluyó con una exhibición tecnológica donde el soberano pudo observar un prototipo de automóvil eléctrico sin conductor, que representa el progreso industrial de China y el deseo de España de continuar colaborando en su evolución.
La Reina Letizia y el impulso del idioma español en China
Mientras el Rey impulsaba la agenda económica, la Reina Letizia protagonizaba un acto de marcado perfil cultural en la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, una de las instituciones académicas más prestigiosas del país. Fundada en 1941, esta universidad ha sido históricamente un centro clave para la formación de diplomáticos y traductores, y actualmente se encuentra bajo la supervisión del Ministerio de Educación de China. Su Departamento de Español, establecido en 1952, refleja la estrecha relación académica y lingüística entre ambas naciones.
A su llegada, la Reina fue recibida por el rector Jia Wenjian y el decano de la Facultad de Estudios Hispánicos, Chang Fuliang, con un cartel de bienvenida que expresaba: “Cálida bienvenida a la Reina de España, Letizia Ortiz Rocasolano”. El ambiente del campus, con calles arboladas y edificios de arquitectura tradicional, ofrecía un contraste sereno frente al ritmo acelerado del centro de Pekín.
Durante el encuentro, Letizia presidió un homenaje al idioma español, al que asistieron docentes y estudiantes de diferentes provincias. La Reina escuchó atentamente los testimonios de jóvenes chinos que estudian español, algunos de los cuales expresaron su admiración por figuras culturales como Picasso o artistas contemporáneos como Rosalía, cuya música ha logrado gran popularidad incluso entre quienes no hablan el idioma.
La fascinación por el aprendizaje del español ha experimentado un notable aumento en los últimos tiempos. Se estima que, en la actualidad, más de 60,000 alumnos chinos se dedican al estudio de este idioma, el cual ocupa el segundo lugar a nivel global en cuanto a hablantes nativos, superado únicamente por el mandarín. Este auge se atribuye al incremento de las relaciones comerciales, culturales y turísticas entre ambas naciones, así como a la visión del español como una fuente de posibilidades.
La historia del hispanismo en China tiene raíces profundas. Tras la Revolución Maoísta de 1949, el país contó con la colaboración de profesores provenientes de América Latina —especialmente de Argentina, México, Chile, Colombia y Cuba—, así como de España. Esta cooperación académica permitió formar la primera generación de especialistas chinos en lengua y cultura hispana, en un contexto en el que China buscaba fortalecer sus vínculos con países no alineados con Occidente. Hoy, esa tradición se mantiene viva en las aulas, donde el español continúa siendo una herramienta de acercamiento entre civilizaciones.
Un cierre con mirada al futuro
La gira de los Reyes de España en China concluyó con un balance positivo. A lo largo del viaje, se combinaron encuentros empresariales, foros institucionales y actividades culturales que pusieron de relieve el compromiso de España con una cooperación global basada en el respeto mutuo, la innovación y la promoción del conocimiento.
El mensaje final de Felipe VI y Letizia fue claro: España busca ser un socio activo en la transformación económica y educativa que vive China, sin renunciar a los principios que sustentan su identidad democrática y su papel en el mundo. En un escenario internacional complejo, el entendimiento entre ambas naciones se proyecta como una oportunidad para construir puentes duraderos entre Europa y Asia.
De este modo, el viaje no solo fortaleció las relaciones diplomáticas y comerciales, sino que también reafirmó el papel del idioma, la cultura y los valores compartidos como pilares fundamentales de una relación que aspira a ser equilibrada y constructiva.
