La postura estricta del presidente Donald Trump respecto a la inmigración, ya sea legal o no autorizada, está suscitando inquietudes acerca de sus potenciales repercusiones desfavorables en la economía estadounidense. Desde que comenzó su mandato a inicios de 2025, Trump ha endurecido las políticas para limitar la llegada de inmigrantes, una de las promesas fundamentales de su campaña electoral. No obstante, especialistas señalan que estas acciones podrían provocar efectos negativos, como la escasez de trabajadores, un debilitamiento del crecimiento económico e incluso un incremento en la inflación.
Limitaciones que afectan a la inmigración autorizada e indocumentada
Entre las acciones promovidas por Trump destacan la reducción de solicitudes de asilo en la frontera sur y la cancelación de vuelos para refugiados ya autorizados. Estas medidas, combinadas con un discurso más severo hacia los inmigrantes, han generado un entorno más adverso que podría desincentivar incluso a aquellos que buscan entrar legalmente en el país.
Entre las medidas impulsadas por Trump se encuentran la limitación de solicitudes de asilo en la frontera sur y la suspensión de vuelos para refugiados previamente aprobados. Estas decisiones, junto con un endurecimiento del discurso hacia los inmigrantes, han creado un ambiente más hostil que podría desalentar incluso a quienes buscan ingresar legalmente al país.
A pesar de su discurso, Trump ha tratado de balancear su enfoque restrictivo con propuestas como la creación de un programa de visa de “tarjeta dorada”, destinado a atraer a extranjeros con altos recursos económicos. No obstante, los analistas indican que estas iniciativas no logran compensar la esperada reducción en la inmigración legal provocada por el entorno restrictivo.
Trabajo inmigrante: un elemento crucial para la economía
La inmigración legal hacia Estados Unidos, que llegó a 2.8 millones de personas en 2024, constituye el 84% del incremento demográfico del país, de acuerdo con la Oficina del Censo. Este aumento es fundamental en un escenario donde la población estadounidense está envejeciendo rápidamente y la tasa de natalidad está disminuyendo.
Sectores como la construcción, la agricultura y la atención médica confían enormemente en los trabajadores inmigrantes. Según Giovanni Peri, profesor de economía de la Universidad de California, Davis, las políticas restrictivas podrían agravar la falta de personal, lo que incrementaría los costos en industrias esenciales como la alimentación, vivienda y turismo. “Con cada vez más estadounidenses retirados, un aumento en la inmigración realmente favorecería al mercado laboral y al crecimiento económico”, señaló Peri.
Industrias como la construcción, la agricultura y la salud dependen en gran medida de la mano de obra inmigrante. Según Giovanni Peri, profesor de economía en la Universidad de California, Davis, estas políticas restrictivas podrían intensificar las escaseces de personal, lo que a su vez elevaría los costos en sectores clave como alimentos, vivienda y turismo. “En una situación en la que habrá muchos más estadounidenses jubilados, más inmigración realmente beneficiaría al mercado laboral y al crecimiento de la economía”, explicó Peri.
Jennifer Babaie, directora de defensa y servicios legales del centro Las Americas Immigrant Advocacy Center, agregó que las restricciones también están afectando los trámites de inmigración legales, creando retrasos y complicaciones administrativas. “Esperamos que sea mucho más difícil para las personas solicitar cualquier cosa en los próximos años”, señaló.
Impacto económico y social
Además, Trump ha mencionado su plan de deportar entre 15 y 20 millones de personas como parte de su política migratoria. Este proyecto, que resultaría logísticamente complejo y costoso, podría agravar la falta de mano de obra en sectores esenciales de la economía. En particular, los inmigrantes constituyen más del 20% de la fuerza laboral en áreas como la agricultura, la construcción y el transporte, lo que implica que las expulsiones masivas podrían paralizar estas industrias.
Además, Trump ha anunciado su intención de deportar entre 15 y 20 millones de personas como parte de su agenda migratoria. Este plan, que sería logísticamente complicado y costoso, podría exacerbar la escasez de mano de obra en sectores críticos de la economía. En particular, los inmigrantes representan más del 20% de los trabajadores en áreas como la agricultura, la construcción y el transporte, lo que significa que las deportaciones masivas podrían paralizar estas industrias.
Aunque Trump intenta presentarse como un protector de los trabajadores estadounidenses, los efectos de sus políticas podrían resultar contraproducentes para el crecimiento económico y la estabilidad del mercado laboral. Los especialistas están de acuerdo en que un enfoque más equilibrado hacia la inmigración sería más ventajoso para la economía.
En lugar de promover una solución completa, las restricciones actuales parecen generar más inconvenientes de los que solucionan. La reducción de la inmigración legal y el aumento de las deportaciones no solo podrían frenar el crecimiento económico, sino también elevar los costos para las empresas y los consumidores.
En lugar de fomentar una solución integral, las restricciones actuales parecen estar creando más problemas de los que resuelven. La disminución en la inmigración legal y el aumento de las deportaciones no solo podrían ralentizar el crecimiento económico, sino también incrementar los costos para las empresas y los consumidores.
La mano dura de Trump con la inmigración, lejos de ser una solución, podría convertirse en un obstáculo para el desarrollo económico y social de Estados Unidos, un país que históricamente ha dependido de la diversidad y el talento de los inmigrantes para prosperar.