Crisis global no detiene políticas económicas argentinas

El lunes pasado, los mercados globales se vieron sacudidos por una crisis económica que afectó principalmente a las economías emergentes, y particularmente a Argentina. El evento, conocido como un “lunes negro”, resultó en fuertes caídas en las bolsas y una caída significativa en el valor de activos internacionales. En este contexto, el Gobierno argentino mantuvo una postura firme, asegurando que no cambiaría su plan económico y que seguiría con la política fiscal y monetaria ortodoxa.

El efecto perjudicial de un impacto externo, como la aplicación de tarifas adicionales por parte de Estados Unidos, ha incrementado las inquietudes sobre una posible recesión mundial. Este elemento, junto con las tensiones en el comercio internacional, ha tenido un impacto en los mercados desde Asia hasta Wall Street, que han registrado descensos notables. Al mismo tiempo, en Argentina, el riesgo país se elevó notablemente, y el costo de los dólares alternativos, como el MEP y el contado con liquidación, también subió, manteniéndose por encima de los 1.300 pesos.

El Gobierno argentino había anticipado este tipo de volatilidad, como se destacó en reuniones internacionales previas, y no consideró necesario aplicar medidas defensivas adicionales. En lugar de eso, reafirmaron su compromiso con un enfoque ortodoxo en cuanto a la política fiscal y monetaria, buscando estabilidad y evitando medidas que pudieran ser contraproducentes a largo plazo.

Uno de los aspectos más vulnerables continúa siendo el nivel de reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), lo cual ha incrementado la necesidad de concretar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este convenio, en una etapa crucial, es considerado esencial para aumentar las reservas y enfrentar la crisis internacional. A pesar de las dudas, tanto el presidente como el ministro de Economía afirmaron que los fundamentos económicos de Argentina son fuertes y que el país podrá afrontar la crisis sin cambios significativos en su política económica.

El análisis de los expertos también destaca que las tensiones globales han puesto a Argentina en una situación compleja, especialmente considerando las demoras en el acuerdo con el FMI y la creciente incertidumbre respecto a la política cambiaria. Algunos informes sugieren que la falta de apoyo político de Estados Unidos podría afectar aún más las negociaciones, poniendo en peligro la estabilidad económica del país. Este escenario ha generado especulaciones sobre cómo el gobierno manejará las presiones inflacionarias y la apreciación del peso, que podrían complicar el proceso de desinflación.

Aunque hay dificultades, ciertos análisis indican que la depreciación del dólar en los mercados globales podría proporcionar un respiro momentáneo a la paridad del peso argentino, lo cual podría favorecer a la economía en un futuro cercano. No obstante, la inestabilidad mundial continúa representando un riesgo, y se argumenta que el país requiere más adaptabilidad en sus políticas económicas para ajustarse a las transformaciones del ámbito internacional.

By Anabel Graterol

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